Psicoanálisis vs. Psiquiatra.

No resulta menos erróneo el tratar de explicar los fenómenos psíquicos a partir de nociones de anatomía y de fisiología porque en realidad apenas la ciencia va descubriendo aspectos fisiológicos sobre la vida mental. El conocimiento médico sobre el funcionamiento cerebral es aun reducido.
Las investigaciones que tratan de descubrir las modificaciones cerebrales anatómicas que corresponden a las diferentes desórdenes mentales, son también inútiles, tales investigaciones tenían por objeto hallar un nexo entre las modificaciones advertidas y los síntomas psíquicos presentados por el sujeto, para después deducir la significación psicológica de las diferentes partes del cerebro. Sin embargo, el examen del cerebro no muestra muchas veces modificación alguna en la manía, ni tampoco en la melancolía, la paranoia, la histeria o la neurosis obsesiva...; en otras psicopatologías, se puede observar, es cierto, pero sin que pueda demostrarse la relación exacta entre la lesión cerebral y el cuadro psicopatológico; también se puede afirmar sin temor a equivocarse que sabemos tan poco de la génesis de la psicosis como del funcionamiento mental en general ¿O acaso existe un sujeto que se haya curado de un desorden mental gracias a un fármaco?
Ahora bien, aunque nuestros científicos del área médica admitan, de grado o por la fuerza, su ignorancia respecto al mecanismo funcional de la masa encefálica, parece que no pueden resignarse a admitirla en lo que concierne a su patología. Así como sería poco honrado hablar de movimientos moleculares de las células cerebrales en lugar del sentimiento, del pensamiento o de la voluntad, también sería incorrecto hoy describir las psicosis y la neurosis utilizando términos de anatomía, genética, patología, fisiología, física, química, etcétera. Aparentemente nuestros científicos estiman que la docta ignorancia es más fácil de soportar que la indocta ignorancia, o sea, que la ignorancia arropada en términos cultos es menos humillante que su confesión sincera.
Pero supongamos que la evolución de la biología, la genética y otras ciencias afines y de la técnica permitan un día al hombre percibir en sí el funcionamiento de las células cerebrales acompañando a sus propias sensaciones; el psicoanálisis introspectivo, “dirigido hacia adentro”, no dejará de conservar todo su valor.
Nunca podremos comprender, en un plano meramente mecánico, los sentimientos de un ser agitado por las emociones y las modificaciones operadas en el psiquismo por una enfermedad mental porque simplemente la psique es algo subjetivo.