Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

viernes, 9 de diciembre de 2016

La monotonía y la violencia en la pareja.

Aunque es cierto que hay diferentes tipos de discontinuidad sexual tanto en hombres como en mujeres, el hecho mismo de la discontinuidad en el interés sexual y los repetidos distanciamientos incluso dentro de una relación amorosa y continua, son reversos importantes del secreto, la intimidad y los aspectos fusionales del deseo y la conducta eróticos. La pérdida de esta discontinuidad, una relación sexual que se mezcla con la vida ordinaria y la reemplaza, bien puede crear una acumulación de los elementos agresivos de las experiencias fusionales que termine amenazando el vínculo afectivo de la pareja. La monotonía es tan perjudicial como la violencia para mantener el equilibrio entre los amantes. Todos hemos tenido el infortunio de ver parejas o vivir en carne propia el deterioro de los sentimientos amorosos  de manera gradual, hasta llegar a la agresión desenfrenada, incluso podemos suponer que el encuentro sexual se vuelve devastador, eliminando su contacto con el mundo externo, he ahí el pase seguramente al adulterio, a la separación conyugal.
El deseo erótico y el amor sexual maduro absorben y expresan todos los aspectos de la ambivalencia común de las relaciones afectivas íntimas y profundas. La intensidad de los aspectos perversos polimorfos (particularmente sadomasoquistas) afectivos, tiernos, de la relación sexual, refleja esta ambivalencia y constituye un aglutinante básico de las relaciones amorosas.

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