En la estructura psicótica existe una oposición entre lo que tiene el sujeto y lo que le falta, entre lo que le caracteriza positivamente y lo que le caracteriza negativamente (conflicto dinámico y defecto estructural, respectivamente), estos desarrollos que la personalidad psicótica se han efectuado en forma anómala con el fin de compensar o sustituir el defecto inicial.
Ahora bien, en la psicosis no solamente hay una estructura defectuosa, sino que, cuando existen estructuras patológicas por defecto, se produce siempre en el curso del desarrollo un intento de compensación del defecto mediante la formación de nuevas estructuras que intentan compensar o sustituir la función de la estructura defectuosa. Junto a una estructura defectuosa habrá siempre una
estructura compensatoria.
En la clásica teoría freudiana se postulaba que en todo proceso de regresión —que implica la reaparición o el recurso a mecanismos y formas de relación primitivos o arcaicos— el movimiento regresivo se produce hacia un punto de fijación. Las fijaciones serían momentos del desarrollo psicosexual a los que se tiende a volver en situaciones de conflicto porque en aquellos momentos del pasado hubo ya algún conflicto de tipo similar al conflicto actual que desencadena la regresión. Desde este punto de vista, la fijación se puede entender, sin más complicaciones teóricas, como la capacidad de volver al punto del desarrollo en el que se produjeron conflictos similares a los actuales.
El conflicto que produjo la fijación puede ser un conflicto por privación (falta de satisfacción de las necesidades psicológica y biológicamente propias de aquel momento del desarrollo) o bien, al contrario, un conflicto por exceso de gratificación. Desde el punto de vista motivacional, la situación sería totalmente diferente en un caso u otro, porque la falta de gratificación (que llamamos privación o carencia cuando es intensa y duradera) crea forzosamente una nueva motivación, como puede ser la motivación de encontrar relaciones que satisfagan aquellas necesidades no satisfechas en su momento o bien, si esto resulta imposible, relaciones que sustituyan la experiencia de satisfacción ausente y que, de alguna forma, la compensen. En cambio, la fijación por sobregratificación tendería a producir una falta de motivación, pues la persona que está totalmente satisfecha, excesivamente mimada y sobreprotegida no encuentra motivación suficiente para buscar otro tipo de relaciones diferente al que tiene. Aunque parezca exagerado, podríamos decir que su motivación sería exclusivamente la de continuar prolongando aquella situación de satisfacción en que se hallaba.
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