Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Jacques-Marie Émile Lacan: objeto a.

Es eso que, en la teoría lacaniana, puede llamarse la "falta en ser"; el sujeto —el analizante— está confrontado, no sólo con la inaceptabilidad de la demanda de amor sino que está confrontado con la falta en ser. Es decir que su ser es una falta; que su verdadero ser en el análisis no es él, su Yo: es lo que yace en el Yo. Lo que yace en el centro del Yo es una falta. Es un punto fundamental, enigmático. Es un punto central que es aquel que llamamos habitualmente, en la terminología lacaniana, objeto “a” u “objeto de goce”.
En ese momento de secuencia transferencia!, en ese momento fecundo, el analista debe hacer silencio. Debe hacer silencio y, como los psicoanalistas saben, hay muchas formas de silencio. El analista debe hacer silencio en sí para hacer surgir al Otro. Es en ese momento que el psicoanalista hace que surja el Otro. Para que surja el Otro del paciente es necesario que el analista haga silencio en sí. Si el analista hace activamente silencio en sí, él es quien dirige la cura  si no lo hace ignora quién conduce la cura en ese momento.

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