Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

lunes, 5 de diciembre de 2016

El círculo vicioso del sujeto depresivo.

El psicoanálisis manifiesta que el sujeto depresivo se odia sin saberlo, cuando afirma que se desprecia, está expresando una verdad más dinámica de lo que supone, ya que una parte del sujeto desprecia a su otra parte, como si ambas partes fueran dos personas distintas. Para facilitar la comprensión, podemos decir que un Superyó arcaico mira con aire de superioridad, despreciando y agrediendo a un Yo infantil y en regresión; durante este proceso podríamos decir que el sujeto se rechaza, se desprecia y se minimiza de modo muy parecido a como sus padres lo rechazaron, lo despreciaron y minimizaron cuando se comportaba desobediente, no deseado, cuando los decepcionaba o cuando se portaba mal.
El adulto deprimido se queja de sentirse solo, perdido, abandonado, ignorado y que no tiene sentido su vida —éstas son palabras elegidas generalmente por los depresivos—, de modo muy parecido a como se siente un pequeño cuando sus progenitores parecen odiarlo.
Como el depresivo se odia inconscientemente, está justificándose al decirse para sí mismo, que se siente sin amor y desagradable, al mismo tiempo también se da cuenta de que no siente por los otros el amor acostumbrado. En éste punto sucede algo muy importante, ya que estos sujetos suelen ir más allá de esto y se comportan cruel y despiadadamente con aquellos a quienes aman y desearían seguir amando, como resultado de todo esto, sufren profundos remordimientos y la inquietud es el pan de cada día; pero a su vez éstos son completamente justificados en cada respuesta seca que expresan, o en cada protesta violenta que manifiestan, o en cada estallido de mal humor que denotan, en consecuencia cada pelea va incrementando la culpa que sienten y por ende cada incremento de culpa —culpa que sienten tangible—, aumenta la hostilidad del Superyó arcaico.
El enojo y el sadismo que manifiesta el sujeto depresivo logran aislarlo aún más de las personas cuya ayuda y afecto necesita apremiantemente; esto provoca un aumento nuevamente de su sensación de soledad, de abandono y desamparo. Una razón de que se muestre tan enojado y sádico es que ha sufrido una regresión, pero a su vez también necesita un grado infinito de apoyo y afecto por tiempo indefinido —obviamente nadie puede brindarle eso—. Estos sujetos, aunque se encuentren resentidos, piden forzosamente el apoyo de las personas que les rodean y a su vez que le brinden un sentimiento afectuoso, con eso trata nuevamente de equilibrar su sensación de no valer nada, pero lamentablemente el modo sádico y con resentimiento con que los trata le impiden obviamente cumplir tales propósitos; en consecuencia se siente aún más culpable y más abandonado que nunca, entonces la intensidad de su necesidad y su conducta regresiva alejan a su entorno social, completándose una vez más el circulo vicioso del cual es víctima, dirigiéndose de ésta manera inevitablemente a la autoderrota y muy seguramente a pensar en el suicidio.

Be First to Post Comment !
Publicar un comentario