El discurso delirante en la estructura psicótica tiene un sentido claramente compensatorio y restaurador del narcisismo básico que se encuentra gravemente deteriorado, razón por la cual estos sujetos se creen sentirse Dios para salvar al mundo o luchar contra el mal, o ser un "enviado" del Mesías para cumplir una misión especial en el mundo terrenal, o algún personaje histórico sobresaliente; esto con la finalidad de reconstruir su narcisismo básico incrementándolo hasta grados cercanos a la omnipotencia.
El delirio lo sitúa al psicótico por encima de los mortales y la pone al nivel de esos seres extraordinarios a la vez que lo aleja del sentimiento de sentirse fracasado y agobiado. Paradójicamente, aunque el delirio sea una compensación narcisista, una exaltación de su Yo, no deja de ser a la vez una demanda de que se le cuide y tenga las atenciones como si se tratara nuevamente de un infante.
Be First to Post Comment !
Publicar un comentario