Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

martes, 13 de diciembre de 2016

El conflicto de la liberación femenina.

Antes de establecerse la verdadera triangularidad* durante el desarrollo psicosexual de la niña, existe un otro distinto a la madre, pero en tanto género resulta ser varón (padre) que podría interferir en su desarrollo de identidad de género. Pero en la niña asistimos a una paradoja en la correlación habitual entre el éxito del proceso de separación-individuación y la asunción de la feminidad.
El fracaso en el proceso de separación-individuación de la niña no atenta contra su feminidad, contra su identidad de género, al contrario, permanecer en algún grado ligada a la madre, favorece la organización de una feminidad convencional legitimada por nuestra cultura. Lo que conlleva una doble problemática, pues la futura mujer no sólo se desarrollará con un déficit narcisista por su «condición de castrada», sino que también sufrirá los déficits de acción y de dominio de la realidad extrafamiliar, al permanecer en un estado de dependencia. En toda mujer funciona en algún momento «el miedo a no poder, o a no saben», es decir, un núcleo fóbico. Sin embargo, los criterios de madurez o salud mental que sustentan nuestras teorías elevan categorías tales como «transformación de objeto en sujeto de deseo», «autonomía», «sublimación» al rango de lo esperado como culminación del desarrollo. La feminidad convencional, es decir, los valores que rigen los estereotipos de idealidad del género: buena esposa, la que sigue y acompaña al marido; buena madre, la que permanece al cuidado exclusivo de sus hijos; se hallan en contradicción con los criterios convencionales de salud mental. Se han sostenido hipótesis del carácter «concéntrico de la libido femenina» (Bela Grunberger), del carácter receptivo-pasivo de sus fines sexuales, y estas peculiaridades se han extendido a la explicación del fracaso habitual de la mujer en alcanzar la autonomía. Por lo tanto sería primordial sopesar adecuadamente la influencia que implica los factores de género y rol social en la formación de una feminidad que perpetúa la dependencia de la mujer.
*La triangulación sucede en el momento en que el padre ingresa en la relación madre-hij@, con su presencia provoca una separación y una exclusión, aparece otro a quien la madre dirige su mirada y desea por lo que el hij@ queda apartado. El padre introduce la realidad externa en la díada madre-hij@ (Función Paterna) ayuda a discriminar lo que el niñ@ cree y desea respecto de la realidad tal cual es.

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