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"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

viernes, 2 de diciembre de 2016

La agresión es fundamental para la relación sexual.

La agresión entra durante la experiencia sexual, esto significa que penetrar y ser penetrado incorpora la agresión al servicio del amor, utilizando el potencial erógeno de la experiencia del dolor como aporte necesario a la fusión gratificante con el otro en la excitación sexual y el orgasmo. Pero esta capacidad "normal" para transformar el dolor en excitación erótica se malogra cuando en la relación madre-infante prevalece la agresión severa y constante, y es probablemente un puente crucial hacia la excitación erótica producida por la inducción de sufrimiento en el otro.
El deseo erótico surge como una búsqueda de placer, siempre orientada hacia otro sujeto, un objeto que hay que penetrar e invadir, o por el que hay que ser penetrado o invadido, por lo tanto existe una "transgresión". Es un anhelo de intimidad, fusión y mezcla que necesariamente implica cruzar una barrera y convertirse en uno con el objeto elegido. Las fantasías sexuales conscientes o inconscientes se refieren a la invasión, penetración o apropiación, e incluyen las relaciones entre las prominencias y las aberturas corporales (el pene, los pezones, la lengua, el dedo, las heces, del lado penetrante o invasivo, y la vagina, la boca, el ano, del lado receptivo o envolvente).
La gratificación erótica prometida por la estimulación rítmica de esas partes corporales decrece o se desvanece cuando el acto sexual no sirve a la función inconsciente más amplia de fusión con un objeto.
"Contenedor" y "contenido" no deben confundirse con masculino y femenino, activo y pasivo; el deseo erótico incluye fantasías de incorporar activamente y ser penetrado pasivamente, junto con las de penetrar activamente y ser incorporado pasivamente.
Por otro lado debemos puntualizar que significa "agresión" desde el punto de vista del psicoanálisis, misma que puede adoptar diversas modalidades. Se puede decir que no hay conducta positiva o negativa, simbólica o efectivamente realizada, que no pueda funcionar como agresión. Verbigracia existen manifestaciones sutiles, solapadas, como la ironía y la hipocresía.
Los orígenes de la agresión surgen desde los conflictos preedípicos, teñidos de odio, hostilidad y envidia. Esta breve enumeración advierte que la agresividad es inherente a todo ser humano.
Sigmund Freud puntualizó sobre la agresión que consiste en la mezcla de la pulsión de vida (Eros) con la pulsión de muerte (Tanatos): "La pulsión de muerte del organismo vivo se defiende de la imbricación de lo pulsional de diversas maneras, deflexionándola, utilizando la musculatura, agrediendo, transformándola en pulsión de destrucción o agresión...".
La agresividad siempre actúa mezclada con la pulsión sexual, así entendemos sadismo, masoquismo, en sus diversas formas. Y por último hay que diferenciar la agresión de la violencia, al hablar de violencia nos referimos a la tortura, a la crueldad. Hay una presencia simbólica específica que permite una agresividad con una cierta finalidad. Hay una licencia del Superyó para ejercer una acción que es un hecho perverso en sí.
Etimológicamente violencia tiene su origen en violare, que significa violentar la ley, la norma. Violentar es aplicar medios agresivos para vencer la resistencia del otro en una situación —en la mayoría de los casos— de abuso de poder.

2 comentarios on " La agresión es fundamental para la relación sexual. "
  1. Existe una tendencia sadomasoquista ha "naturalizar" la violencia conceptualmente. Es decir, a justificarla desde la razón, como existente porque hay argumentaciones racionales o biológicas a sostenerla. El patriarcado impone ancestralmente esa simbolización como el acto de "penetración" del yo masculino en la intimidad del "otro" femenino obviamente desde el decidor masculino. ¿La mujer se siente violentada y avasallada en el acto erótico o sexual? ¿O no es mas bien el placer que juega entre esos limites sutiles del dolor y las ganas, la saciedad de lo propio y el imperio del otro? La mentalidad patriarcal no solo afecta al hombre, y puede que mucha mujer acepte esto. ¿Ahora si la idea sexual de la penetración va asociada al acto de la violencia, no podría en los mismos sentidos argumentarse que el ingerir alimentos es un acto "homosexual" visto desde el punto de vista del "macho" o del "varon"? En tanto el alimento ingresa en nuestro cuerpo para saciar una necesidad, ¿porque es simbolizado de otras maneras?. La justificación de la violencia en el acto sexual tiene el mismo derrotero que las neurosis sadomasoquistas en cualquier otra experiencia humana (De hecho también en la sexual y de hecho están los "machos" que gozan de la violencia femenina en el sexo). La clave esta en despojar la completud del cuerpo y la complejidad del ser humano en cada acto. La sexualidad es una de las formas, no la única, no la mas importante, ni la mas influyente, en las conformaciones psíquicas de la individuación y en particular de la individuación de genero. En especial porque el psicoanalisis y los estudios científicos de las ciencias de la mente han prescindido durante bastante tiempo en sus fundamentos, de los condicionamientos del orden sistémico que domina el orden mental y subjetivo en el que se construye el conocimiento en una sociedad y en una civilización determinada.
    Se parte entonces del axioma patriarcal de la subjetividad y el símbolo de la penetración a partir del acto sexual como el acto de una parte (Pene/Utero)de los cuerpos que definen en exclusividad una actividad humana que realizan los humanos como entidades completas y no como sus partes sexuales definiendo estructuras psíquicas que construyen el andamiaje subconsciente y subjetivo de su comportamiento.

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  2. La sutileza con que se intenta menguar los efectos de la asociación sexualidad/violencia patriarcal (eventualmente violencia matriarcal)con la distinción entre violentar y agredir, donde la diferencia se sitúa en el plano de la voluntad, es tan errónea como su justificación en término de que lo femenino implica pasividad frente a la violencia que supone la penetración masculina, habida cuenta de que las ciencias que originan los conceptos son y fueron patriarcales,aún a cuento de que en la actualidad, las mujeres alcanzan niveles de participación en las artes de la generación de conocimiento y de las investigaciones científicas que no eran propias a los orígenes de tales formulaciones teóricas. El Patriarcado tiene la fuerza de legitimarse a pesar de que las formas le den lugar a la mujer, siempre a cuento de validar como ciertos sus axiomas patriarcales.

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