“Una mujer ya es, pero un hombre aún debe llegar a ser. La masculinidad es algo arriesgado e inasible. Se consigue mediante la separación de una mujer, la madre, y solo se confirma mediante otros hombres”. Camille Paglia, activista gay.
En la primera infancia, tanto las niñas como los niños se encuentran emocionalmente muy apegados a la madre; el psicoanálisis la define como el «primer objeto» de amor, misma que influirá determinantemente en la estructura psíquica del infante, ya que ella es quien cubre todas sus necesidades primarias físicas pero sobre todo de connotación psíquica. Ahora bien, en las niñas la identidad de género se suscita por un vínculo más estrecho con su madre, así como por un apego más prolongado, entre otras cosas. Pero, por otro lado, los niños tienen una tarea adicional en este proceso de identidad genérica que consiste en «desidentificarse» de su madre para poder identificarse con su padre.
Al aprender el infante el lenguaje y simbolizar las pronombres (palabras): él, ella, el, la, descubre que el mundo está dividido en dos opuestos: niños o niñas, hombres o mujeres; independientemente que desconozca el contexto genital (etapa pregenital) antes de los tres años de edad aproximadamente. En ese momento, un niño pequeño no solo comenzará a observar esta diferencia, sino que también debe decidir dónde encaja él mismo.
Para las niñas, en la cuestión de identidad de género resulta un poco más sencillo ya que su «primer objeto» de amor pertenece a su mismo género y por lo tanto ellas no necesitan pasar por la tarea adicional de «desidentificarse» de su madre para identificarse posteriormente con su padre. Pero el niño es diferente: él debe separarse de la madre y lograr diferenciarse de su primer objeto de amor para poder llegar a ser un hombre heterosexual.Esto quizá explique por qué hay menos mujeres homosexuales que hombres, aunque las estadísticas puedan cambiar en los resultados (proporción) siempre el número de homosexuales hombres es superior que de las lesbianas.
La autodecepción respecto al género se encuentra en el corazón de la condición homosexual. Un niño o una niña que se imagina que puede ser del sexo opuesto –o de ambos sexos– mantiene una fantasía como solución a su problema de género de manera confusa. Es una rebelión contra la realidad y contra los límites insertos en nuestra misma naturaleza humana.
«Lo primero que hay que conseguir para llegar a ser un hombre», según el psicoanalista Robert Jesse Stoller, «es no ser una mujer». O bien podríamos agregar, «ir dejando de ser, femenino».
Bibliografía:
Sex and Gender: Development of Masculinity and Femininity v. 1
Robert J. Stoller (1984)
ISBN 10: 0946439036 ISBN 13: 9780946439034
Sex and Gender, Volume II: The Transsexual Experiment: 2
Robert J. Stoller (1975)
ISBN 10: 0701204001 ISBN 13: 9780701204006
Nota aclaratoria: La “Asociación Americana de Psiquiatría” ha publicado el pasado día 22 de mayo de 2013 la última versión del Manual Estadístico de los Trastornos Mentales V (DSM-V), en el que ha finalmente desestimado la aparición del llamado ''trastorno de identidad de género'', que tipificaba facultativamente el desorden mental que se atribuye a las personas transgénero y transexuales.
Mientras que la “Asociación Psicoanalítica Internacional”, la “Asociación Mundial de Psicoanálisis”, el “Colegio Americano de Pediatras” con sede en Estados Unidos de Norteamérica, entre otras, tienen una postura divergente, manteniendo dicho trastorno como una psicopatología, en la actualidad.
Be First to Post Comment !
Publicar un comentario