En todas las psicopatologías encontramos niveles que van desde moderado hasta agudos. Abordaremos el caso de sujetos con personalidad «fronteriza severa», en particular con tendencias significativas de autodestrucción y automutilación; o bien con una patología narcisista que los mueve a tendencias antisociales y agresión egosintónica, donde prevalece una notable ausencia de la capacidad para el placer sensual y el erotismo dérmico.
Estos sujetos, sean hombres o mujeres no presentan ninguna descarga sexual, aunque pudieran presentar una compulsiva masturbación no denotan placer, ningún deseo sexual vinculado a un objeto; son incapaces de lograr excitación —mucho menos tener un orgasmo— en las relaciones sexuales. Al parecer no han establecido los mecanismos represivos que observamos en sujetos más sanos (inclinados más a la neurosis), con una inhibición secundaria, basada en la represión de la excitación sexual.
Estos sujetos que presentan un cuadro severo son incapaces de excitación sexual, aunque están claramente dotados de un aparato biológico perfectamente normal. La historia de su desarrollo temprano transmite la impresión de que la activación agradable del erotismo dérmico no se logró o fue interferida en la más temprana infancia, muy posiblemente por maltratos físicos de manera consecutiva. Prevalecen en su historia experiencias severamente traumáticas, abuso físico o sexual y una notable ausencia de cualquier objeto parental afectuoso y preocupado por el niño, con abandono gran parte del tiempo. Es sorprendente observar en estos sujetos, como les procura una especie de gratificación sensual la automutilación (se arrancan la piel, el pelo o superficies mucosas), pero el dolor excede en mucho a cualquier muestra de placer erótico.
Ahora bien, la exploración psicoanalítica revela un mundo de fantasías primitivas dominadas por interacciones sadomasoquistas; la búsqueda de poder, como alternativa al sometimiento total a un objeto sádico, es lo único que puede proporcionarles una sensación de seguridad. El psicoanálisis puede mejorar muchísimo sus problemas de personalidad, aunque quizá contribuyendo a una consolidación adicional de su inhibición sexual con la introducción de mecanismos represivos.
La integración de las relaciones objetales internalizadas primitivas, escindidas, idealizadas y persecutorias, como parte y consecuencia del tratamiento psicoanalítico, puede hacer posible que estos sujetos desarrollen capacidad para la idealización, para una relación prolongada e idealizada, con mayor investidura y compromiso emocional hacia su partenaire. Es posible que finalmente sean capaces de establecer una relación amorosa comprometida, pero lo típico es que no demuestren ninguna o muy escasa capacidad para el erotismo.
Be First to Post Comment !
Publicar un comentario