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"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

jueves, 19 de enero de 2017

La agresión como componente de la excitación sexual.

La importancia que tiene la integración de la libido y la agresión por un lado; y el amor y el odio por el otro, con predominio del amor por sobre el odio, son las características principales de la interacción de la pareja. Pero ¿qué significa exactamente esto?
Robert J. Stoller señaló la presencia esencial de la agresión como componente de la excitación sexual subrayando la importancia que tiene el misterio en la excitación sexual, aunado obviamente a los factores anatómicos y fisiológicos que, en interacción con los deseos individuales de cada sujeto y los peligros edípicos, contribuyen a las cualidades excitantes y frustrantes que son una parte importante de ese misterio. Ahora bien, ese misterio induce y refleja la fantasía sexual de cada sujeto, de manera única e irrepetible (como si se tratara de una huella dactilar) por lo que entraña su singular historia individual.
Stoller hace hincapié en la función que tiene la excitación sexual en la recreación de situaciones peligrosas y potencialmente frustrantes, y en su superación mediante la gratificación de la fantasía y el acto sexual específicos. De modo que, en los términos de la capacidad para la excitación sexual, el deseo erótico para la integración de las relaciones objetales preedípicas y edípicas como parte de las relaciones amorosas, la integración de la libido y la agresión, y también del amor y el odio, emergen gradualmente como un aspecto principal de la capacidad para las relaciones amorosas normales, pero  ahí mismo se encuentra el núcleo donde radica la patología que puede desencadenar en perversión o inhibición.
Las facetas sadomasoquistas de la sexualidad «perversa polimorfa» manifestada en la infancia proporcionan una importante energía al impulso a la fusión sexual en la vida adulta; un predominio excesivo de la falta de cuidado corporal tierno o de experiencias traumáticas de abuso físico o sexual durante la infancia puede suprimir la capacidad para la respuesta sexual o interferir en la consolidación o el desarrollo del afecto de la excitación sexual. A la recíproca, una represión excesiva de la agresión, las prohibiciones inconscientes contra los componentes tempranos y agresivos de la sexualidad infantil perversa polimorfa, pueden inhibir significativamente y empobrecer la respuesta sexual.
En las observaciones hechas desde psicoanálisis se desprende que el tipo más frecuente de inhibición sexual supone algún grado de supresión o represión de la sexualidad infantil perversa polimorfa, y que esta inhibición sexual gravita considerablemente en el empobrecimiento de la vida amorosa de parejas cuyas relaciones emocionales son en otro sentido satisfactorias. En la práctica, encontramos que las parejas pueden realizar el coito regularmente, con excitación sexual y orgasmo, pero con una creciente monotonía, una vaga sensación de insatisfacción y aburrimiento, experimentan algo así como un «vacío existencial» inmediatamente después del coito. «En consecuencia, en el área de la excitación sexual, tanto la falta de integración de la agresión como su exceso pueden inhibir la relación amorosa».
El mismo proceso aparece en las relaciones objetales dominantes de la pareja. La falta de integración de las relaciones objetales internalizadas "totalmente buenas" y "totalmente malas" conduce a una idealización primitiva en las relaciones amorosas, en el «Estado fronterizo de la personalidad»; la carencia de realismo propia de la idealización lleva fácilmente al conflicto la destrucción del vínculo. Una idealización que no tolera la ambivalencia, que es fácilmente destruida por cualquier agresión en la relación, es por definición frágil e insatisfactoria, y los partenaires carecen de capacidad para una profunda identificación mutua. Pero la integración de las relaciones objetales que prenuncia el dominio de los conflictos edípicos avanzados, con la correspondiente tolerancia a la ambivalencia, también significa el surgimiento en la relación de una agresión que debe ser tolerada y es potencialmente peligrosa para el vínculo.
La tolerancia a la ambivalencia facilita la activación de guiones inconscientes y de la identificación proyectiva mutua de relaciones objetales internalizadas patógenas pasadas, de modo que la tolerancia a la agresión como parte de la relación ambivalente de la pareja la enriquece enormemente y asegura la profundidad que ha sido señalada como parte de la "identificación genital" de Michel Balint o la "preocupación por el otro" de Donald Woods Winnicott. Pero la agresión excesiva amenaza a la pareja con un conflicto intolerable y con la ruptura potencial de la relación.

*El «Estado fronterizo» es una patología de la personalidad que se encuentra entre la estructura neurótica y la estructura psicótica.

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