Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

jueves, 26 de enero de 2017

El fetichismo (Primera Parte).

La forma en que se desenvuelve la vida sexual adulta está determinada por un componente fetichista, con esto el sujeto le brinda preferencia a ciertas peculiaridades del partenaire, pudiendo llegar hasta el extremo que sea la «condición indispensable» para la consagración sexual; por lo que una prenda de vestir, el pie, la boca, los senos, las caderas, los ojos, la voz, el aroma y otras partes del cuerpo se pueden convertir en fetiches.
Ahora bien, estos fetiches se pueden volver patológicos, cuando relegan la totalidad del objeto amoroso; por ejemplo el caso del hombre que necesita que su partenaire use «forzosamente» liguero para tener la virilidad correspondiente, mientras que la posesión carnal es para él, algo completamente secundario, y puede incluso sentir molestia por su pareja inmediatamente concluido el coito, esto representa inconscientemente la huida ante la mujer (angustia de castración) y afrontar directamente su rol masculino.
El fetichismo patológico siempre conlleva una desvalorización de la mujer, cualquiera que sea la causa. Surge también como un afán de hacer innecesaria a la pareja. El fetiche representa para el sujeto un atributo por el cual es atraído sexualmente hacia el partenaire, debe por lo tanto cumplir esa condición para que la relación sexual puede entonces realizarse. Además busca cualidades determinadas en su compañera y encuentra su satisfacción en la zona fetiche; esto puede interpretarse en la eyaculación «reiterada» en ciertas partes del cuerpo, que podría ser los senos, o las nalgas, etcétera; o bien puede ser un «requisito indispensable» cierta posición erótica para alcanzar el clímax, por mencionar sólo algunos.
Todos los seres humanos tienen inclinaciones fetichistas pero estas no desempeñan, ni mucho menos, el mismo papel que tienen para el «fetichista patológico» porque en el sujeto «normal» los fetiches son únicamente un «accesorio» que pueden incluso alternarse para llevar a cabo el coito, o bien puede prescindir de ellos por largo tiempo, sin que afecte su desempeño sexual.
El fetiche tiene el propósito —a nivel inconsciente— de disminuir la angustia de castración, ya que el fetiche mantiene ocupado —por decirlo de alguna manera— al sujeto para que pase desapercibido que la mujer está castrada (Complejo de Castración).
El fetichista patológico puede presentar casos de impotencia o eyaculación precoz o retardada si no se cumple con el requisito de su fetiche, síntomas que generalmente encubre una homosexualidad latente. Aquí podemos advertir al hombre que solamente puede eyacular cuando practica la posición sexual «a tergo» con su pareja con la finalidad de evitar una confrontación visual directa con ella.
Hay que destacar en el sujeto fetichista, que la concentración del interés sexual sobre una determinada parte del cuerpo o prenda, generalmente no tiene ninguna relación directa con los genitales, ya que estos únicamente se fijan en una parte del cuerpo o alguna prenda, que realmente representa el objetivo de su satisfacción sexual, manifestándose regularmente en la manipulación o fricción de esa parte específica del cuerpo, ropa, accesorio... que sirve de fetiche para alcanzar el orgasmo. «Del fetichismo patológico vemos desprenderse dos síntomas significativos, primeramente se elige al fetiche que guarda sólo una relación lejana con el sexo, o que no ostenta relación alguna con él, y luego se «soporta» el coito con la ayuda de éste fetiche. En el fondo, hay que tomar en cuenta, que el hombre no siente tanta molestia por su sexualidad patológica, sino más bien sufre en el momento que la pone en práctica con su pareja.

Be First to Post Comment !
Publicar un comentario