Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

lunes, 29 de mayo de 2017

La voracidad de la madre.

Jacques-Marie Émile Lacan en el Seminario Cinco aborda el tema de la posición de la madre con respecto al hijo con síntoma obsesivo. Pero aquí interviene ya el cuarto término, el padre, y lo que se juega es la articulación entre el padre y la madre en su relación como hombre y mujer.
El excesivo amor de un hombre por su partenaire —afirma Lacan— puede conducir a una posición de destructividad del deseo por parte de su mujer. El resultado se encuentra en la anulación del deseo del niño obsesivo y en su participación activa en esta destructividad.
En éste Seminario aborda sobre la frustración que no sólo afecta al niño del seno materno sino también de la madre como objeto. El niño es frustrado de su objeto-madre y la madre es privada de su objeto, todo esto a través de la Función Paterna, lo que opera a modo de castración. Esta privación deberá ser aceptada o rechazada por el niño, y esto determinará su posición en su Estructura subjetiva.
La madre atravesada por la “Falta” no tiene como función primaria el cuidado o la atención del niño sino su devoración. La versión lacaniana de la madre no es que sea "suficientemente buena" como se podría esperar, sino, por el contrario, que es una fiera, esencialmente insaciable, amenazadora en su omnipotencia sin Ley. Lo insaciable de la madre remite a su posición como mujer, a su tratamiento particular de la Falta. Después de todo, la sustitución niño-falo no colma la Falta y subsiste un resto de insatisfacción. La palabra “insaciable” en el Seminario Cuatro cambia a “voracidad” en el Seminario Cinco, impartidos por Lacan. Dice: “La madre es una mujer a la que suponemos ya en la plenitud de sus capacidades de voracidad femenina...”.
A través del examen psicoanalítico de la doble madre en Hans, en Leonardo da Vinci, y en André Gide, Lacan introduce en el Seminario Cuatro la problemática acerca de qué transmite una mujer a través de su modalidad de ser madre.
La madre del deber, la de Gide, toda madre, toda amor sin relación con la Falta y el deseo, confronta al niño a un desdoblamiento de la figura de la madre (la del amor y la del deseo –su tía–) que se subjetiviza en su Estructura Perversa. La madre de Hans, figura devoradora que toma a su niño como fetiche, se desdobla con la abuela paterna que suple la deficiencia paterna. La fobia de Hans lidia con la falla simbólica hasta que logra una elaboración fantasmática que aloja su angustia.

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