Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

sábado, 20 de mayo de 2017

La difusión de identidad.

La «difusión de identidad» que presenta el sujeto se refleja en una historia marcadamente contradictoria, o en una alternación entre estados emocionales que implica un comportamiento contradictorio, y la percepción contradictoria del «sí mismo», de modo que el psicoanalista encuentra difícil percibir al sujeto como un ser humano “completo”.
En la psicopatología grave del carácter neurótico, la conducta interpersonal contradictoria que despliega el sujeto se refleja en sus síntomas pero se encuentra integrado el «sí mismo» y de los demás significantes. Por otro lado en la Estructura Fronteriza lo que no está integrado es la visión interna del «sí mismo» y de los demás. Por ejemplo, una neurótica predominantemente histérica puede acudir a psicoanálisis por las dificultades que presenta su sexualidad, pero al mismo tiempo esta muy renuente a discutirlas. Confrontada con esta contradicción, ella puede manifestar que tiene la sensación que el psicoanalista (hombre) gozaría cuando escuche los problemas de índole sexual que presenta, a tal grado de sentirse humillada; o bien que podría excitarse y al mismo tiempo gozar al menospreciarla como sexualmente inferior. Este concepto de los hombres y de la naturaleza humillante de las experiencias sexuales y su revelación pueden ser un concepto integrado —aunque psicopatológico— de sí misma y de los demás.
En contraste, una mujer con una Estructura Fronteriza con carácter predominantemente infantil, puede expresar que esta enojada por la actitud que presentan los hombres al querer usarla como objeto sexual, evitando los eventos sociales a causa de los abordajes sexuales de los hombres en busca de una presa; aunque paradójicamente también manifieste que ha tenido algunas «aventuras sexuales» que le han provocado una gran excitación, y seguramente quedará perpleja cuando el psicoanalista la confronte con la contradicción de sus afirmaciones.
La «difusión de identidad» también se refleja en las descripciones que brinda el sujeto de las personas que conforman su núcleo familiar y social, que no permiten al psicoanalista "integrarlas" para tener una imagen clara de ellas. La descripción que hace de los otros es a menudo tan burdamente contradictoria que más parecen un cuento fantástico que si se tratara de gente real. Verbigracia, una mujer con Estructura Fronteriza con tendencias promiscuas puede creer que ha tenido pocas parejas sexuales pero durante el psicoanálisis va recordando otras parejas que aparentemente las había “olvidado” y que ni siquiera logra describir como fueron sus relaciones sexuales con ellos. Otra mujer con la misma estructura y con personalidad masoquista, puede describir a su madre como cálida, simpática, sensible y alerta a las necesidades de ella; pero también como fría, indiferente, insensible, encerrada en sí misma y evasiva. Los esfuerzos por aclarar estas contradicciones por el psicoanalista pueden conducirla a un aumento de ansiedad. Puede sentir asimismo que esta siendo atacada por el psicoanalista, y criticada por tener imágenes contradictorias de su madre, e implícitamente, por albergar “malos” sentimientos hacia ella, dejándola con la dolorosa experiencia de una percepción caótica de su madre. En suma, el psicoanálisis ayuda a explorar y someter a prueba el grado de integración del «sí mismo» y de la percepción de los objetos.

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