Existen sujetos que durante el psicoanálisis manifiestan que sueñan con mujeres en el momento que sucede el preámbulo sexual pero «cuyo rostro nunca ven» y además que les resultaba imposible consumar la coito, ya sea porque no logran "atinar" con su pene a la vagina, o son presas de una intensa angustia y se despiertan sobresaltados, o que las caricias y besos se prolongan por tiempo indefinido y no se consuma la relación sexual, etcétera. Tras estos sueños angustiosos se despiertan con una sensación de agotamiento, molidos, sudorosos o incluso latiendo el corazón de manera vertiginosa.
El sujeto que durante el sueño no vea nunca el rostro de la mujer constituye un ejemplo típico de deformación onírica, cuyo objeto consiste en dejar en el anonimato a la mujer a quien se dirigen los pensamientos libidinosos (madre, hermanas, tías, etcétera) por el incesto que implica. Por el contrario, el despertar sobresaltado indica una toma de conciencia inicial de “la imposibilidad de esta situación” con la fémina evocada en el sueño. La crisis de angustia es la reacción afectiva de la conciencia superior, al cumplimiento de este deseo incestuoso.
Los sujetos impotentes generalmente también sueñan con armas de fuego enmohecidas o encasquilladas que disparan mal, erran el tiro, etcétera o que simplemente "creen" tener en sus manos un arma de fuego y al momento de disparar se trata de un palo de madera o un tubo o cualquier otro artículo...
Be First to Post Comment !
Publicar un comentario