Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

domingo, 20 de noviembre de 2016

El complejo de castración en la niña orienta y normativiza el deseo sexual, no el género.

Durante el Complejo de Edipo la crisis de la castración, al provocar una redistribución de la valoración ligada al género, arrasa con ese universo femenino en que tanto a la madre como a la hija no le faltaban nada, y ahora el pene real del padre será elevado en carácter de símbolo fetiche, representando privilegiadamente la compensación de toda carencia. Pero aquello que el descubrimiento de la castración pone en tela de juicio es el papel narcisizante de la madre, ahora será del padre del que se esperará la valorización. Se hace entonces necesario agregar en el estudio de la feminidad, junto a la constatación de los efectos psíquicos que la diferencia anatómica de los sexos provoca en el sistema narcisista de la niña, aquellos otros efectos que provienen del testimonio que la niña efectuará, de ahora en adelante, de las múltiples y permanentes desigualdades en la valorización social de los géneros.
Ahora bien, la principal consecuencia psíquica del complejo de castración para la niña es la pérdida del ‹‹Ideal Femenino Primario››, la completa devaluación de sí misma, el trastorno de su sistema narcisista, y que el interrogante mayor a dilucidar no es cómo hace la niña para cambiar de objeto y pasar de la madre al padre, sino cómo se las arregla la niña para desear seguir siendo una mujer en un mundo paternalista, masculino y fálico. La eficacia de la castración se funda en la alteración, en la inversión de la valoración sobre su género, de idealizado y pleno se convierte en una condición deficiente e inferior. Pero si esta metamorfosis tiene lugar es porque ‹‹el núcleo de la identidad de género se halla firmemente constituida; la castración ni origina ni altera el género, sino que nada más lo consolida››. Lo que sí compromete, organiza y define es el destino que la niña dará a su sexualidad.
El complejo de castración orienta y normativiza el deseo sexual, no el género. En otras palabras, decide básicamente sobre la organización de la sexualidad femenina, no acerca de la feminidad. La niña se orientará o no hacia el padre, estableciendo su elección de objeto sexual, sellando así o no su heterosexualidad. Heterosexualidad que en la teoría requiere ser diferenciada de la feminidad, pues así como existen homosexuales femeninas, también existen formas de histeria fuertemente masculinizadas y, sin embargo, exclusivamente heterosexuales.

Be First to Post Comment !
Publicar un comentario