El síntoma histérico en las mujeres consiste en una producción del inconsciente que supone una doble operación, esto significa que el deseo se rechaza y la angustia se convierte en inervación somática (frigidez, anorgasmia, etcétera)
El sujeto histérico (mujer) se caracteriza por no encontrar un lugar adecuado dentro de la sociedad, esto es donde manifestar su femineidad lo que no hay manera de ubicar en ninguna parte, constituyendo un verdadero enigma tanto para los hombres como para ellas mismas. Precisamente la histérica no sabe dónde, ni de qué manera situar lo femenino, y lo que viene a decirnos entonces —a los psicoanalistas— es que su cuerpo es el lugar del síntoma y de la insatisfacción sexual.
Esta insatisfacción tiene muchos modos de presentarse, que van desde la frigidez de algunas histéricas que rechazan el goce que podrían obtener en el encuentro con su partenaire, en aras de un goce ideal que sólo existe en su fantasía, hasta las que alardean de su excelente desempeño en la cama.
En todos los casos escucharemos a estas mujeres expresar su insatisfacción: “no es éste el hombre adecuado”, “no me desea lo suficiente”, “me desea pero no me ama”, “siempre tiene ganas pero no me dice que estoy atractiva”, “la paso bien en la cama pero no sé si estoy enamorada”, “seguro que hay
otro que me haría sentir más mujer”, "si fuera más compresivo me toleraría mis cambios drásticos de carácter" y un largo etcétera.
Lo que la histérica expresa, sin saberlo, no es sólo su particular insatisfacción sexual, sino algo que tiene un alcance general, y es que para todo ser hablante la sexualidad ha quedado tan pervertida respecto a sus rieles naturales que la satisfacción completa es imposible.
En la mujer histérica podemos denotar claramente que su demanda sexual no se satisface y su deseo queda siempre inalcanzable, he ahí la razón de su deambular por la vida erótica.
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