Los infantes que nacen con un síndrome adrenogenital, con sexo genético, hormonal y anatómico femenino normal, pero que, por causa de la afección sus órganos sexuales externos se han masculinizado, si han sido designados como niñas al nacer, a los cinco años inequívocamente son mujercitas, mientras que si han sido rotulados varones, son niños. Estas constataciones permiten suponer que lo que ha determinado su comportamiento de género no es el sexo biológico, sino sus experiencias vividas desde el nacimiento, comenzando por la asignación del sexo que le brindan sus padres y la sociedad en general. Robert J. Stoller.
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