Sigmund Freud nos señala el camino a la toxicomanía cuando manifiesta que la sustancia tóxica no tiene nada para “significar” por lo tanto queda atrapado al campo de lo “Real”. Es una figura de lo incógnito; razón por la cual no se puede presentar como un «objeto», en el sentido de una «relación de objeto», que supondría la implicación de un sujeto.
Hay que tener muy presente que aquellos temas psicoanalíticos que abordan a la toxicomanía, que designan un “objeto-droga” dentro de una relación con un sujeto, prácticamente están desvirtuando la terminología de la psicología profunda: No hay sujeto para un tóxico ni para un objeto-droga.
Be First to Post Comment !
Publicar un comentario