La relación del sujeto con su Goce, en este caso con el consumo de la sustancia tóxica, tiene que ver más con una «solución que necesita el sujeto, que una enfermedad difícil de curar»; para el psicoanálisis el tóxico es utilizado para obturar la Falta, también llamada división subjetiva. (Entendemos como Falta el hecho de que para Jacques-Marie Émile Lacan todo sujeto esta en Falta constitucionalmente) la cual nos muestra —como sujetos— que no estamos ni seremos nunca completos.
En la teoría lacaniana, el sujeto tiene dos maneras de significar esta Falta, es decir puede lograr obtener dos formas de salir de la angustia que causa el saberse en Falta. Y la que esta relacionada con el consumo del tóxico es la salida del fantasma. La ilusión por la vía del fantasma es la que engaña creyendo que se podrá llegar a encontrar ese objeto que vendrá a colmar su Falta existencial.
La otra forma esta en la de “significar”, el sujeto busca un objeto, sea cual sea y lo toma para poder ser completo, pero ese objeto esta intrincado con el significante de la repetición.
Es decir, ese objeto resulta ser parcialmente lo que está buscando el sujeto y pasara el resto de su vida intentando encontrar un objeto que realmente lo colme; en ocasiones pensará haberlo hallado pero poco tiempo después se dará cuenta que no fue así, ya que nada puede llegar a obturar esa Falta.
Otro aspecto que podemos plantearnos es que el toxicómano por medio de su Goce le permite escapar de la realidad, y dejar de sentirse en Falta, prefiriendo un cierto equilibrio inestable con el consumo del tóxico, a tener que padecer los efectos devastadores de la Falta (que se traduce en angustia) constitucional.
Fabian Abraham Naparstk explica que la repetición en las adicciones tiene que ver con que el circulo del toxicómano esta al servicio de ese Goce repetitivo que no le deja pensar ni concretar nada, pero le sirve para desconectarse del mundo y lo encierra en una suerte de ensimismamiento. Ese Goce que se ubica lejos del placer, que no esta ligado a una moderación de la satisfacción sino por lo contrario a un exceso que concluye con la pulsión de muerte (efecto farmakon).
El sujeto toxicómano esta como adherido a un Goce sin posibilidad de significarlo (la sustancia tóxica no se puede significar como un objeto, desde el punto de vista del psicoanálisis), dando esto respuesta a que el toxicómano pocas veces acepta tener un problema en referencia a la droga, ya que realmente el no lo ve así y difícilmente se percata de los efectos de ese Goce que lo llevará a la ruina.
Jacques Alain-Miller sostiene que “con el nombre de toxicómano se designa a un sujeto que ha entrado en cierta relación con la droga y que consiste en definirse cada vez más, en simplificarse a si mismo, en esta relación con la droga”.
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