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"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

lunes, 5 de junio de 2017

La relación amorosa de la mujer con hombres inaccesibles.

Las mujeres con una personalidad depresivo-masoquista donde se denota con fuerza la psicopatología dominante es en sus relaciones amorosas. Regularmente la mujer en su adolescencia temprana o tardía idealiza el amor con hombres inaccesibles —muy frecuentemente que le duplican la edad— que le provocan frustración y una fuerte decepción (profesores, vecinos o amigos de la familia de edad madura, etcétera) si estas relaciones se llegan a concretar se convierten en una experiencia que influye en la vida amorosa futura de la mujer.
Generalmente enamorarse de un hombre “inaccesible” puede llevar a encuentros románticos y/o sexuales en situaciones carentes de realismo que terminan casi siempre en una decepción, o a una fantasía mantenida durante años acerca de lo que podría haber sido. Cuando la adolescente se enamora de un hombre inaccesible puede considerarse una manifestación normal de la reactivación de los conflictos que ocurrieron durante el Complejo de Edipo en su infancia, pero si persiste esta actitud durante la edad adulta y sobre todo si se intensifica el amor experimentado, precisamente después de que está claro que no es correspondido por ese hombre “inaccesible”, nos encontramos ante los rasgos que caracterizan estas relaciones vinculares.
Estas mujeres no van superando gradualmente la idealización de los hombres inaccesibles en relaciones futuras más realistas (como es característico del desarrollo normal). Una fijación en el trauma las lleva a la repetición incesante de la misma experiencia. Las féminas con psicopatología masoquista pueden alternar entre los miedos y las inhibiciones sexuales, y la sexualidad impulsiva en circunstancias frustrantes e incluso peligrosas. Por ejemplo, una mujer muy moralista puede resistirse a encuentros de índole sexual pero si se encuentra con un hombre cuyas características son preponderantemente agresivas, incluso potencialmente amenazantes, pueden ejercer sobre ella una muy fuerte influencia seductora.
En sus encuentros sexuales, las mujeres masoquistas con funciones superyoicas bien integradas y una organización neurótica de la personalidad pueden experimentar al principio algún grado de inhibición sexual, y después, a veces como por azar, descubren una situación particularmente dolorosa, humillante o sumisa (unas cachetadas, nalgadas, etcétera) en el intercambio sexual, y en torno a ella cristaliza una perversión.

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