El sujeto con Estructura Psicótica presenta una una falla en el Orden Simbólico, como si no se hubiera terminado de completar el proceso de la inclusión del sujeto en el campo del Otro; por lo que permanece posicionado como el Falo de la madre.
El infante se encuentra en una relación dual con el Deseo Materno pero al crecer el niño no alcanza a separarse de dicho deseo por lo que desarrollará la psicosis.
El sujeto psicótico no llega a preguntarse el por qué no es lo que completa ese deseo, por lo tanto queda fijado en esta posición de objeto de Goce del Deseo Materno, dado que no hay una Función Paterna que venga a separarlo del multicitado deseo, con lo cual no se produce la castración, es decir el sujeto queda en una posición de completitud, en donde la Función Paterna «no le muestra mas allá de lo que su madre desea», porque él encarna ese objeto, es decir se convierte en el Falo del Deseo Materno y es allí donde se plantea la psicosis en ser ese Falo, que lo deja sin castración, es decir sin deseo.
Jacques-Marie Émile Lacan, insiste en explicar que el infante viene a colocarse más que como lo que le «falta al deseo materno, es un negar que al deseo materno le falte algo».
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