Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

martes, 13 de junio de 2017

Hablar es lo que cura.

“Cuantas más ventanas abras hacia el futuro más cosas podrás realizar”. Émile Michel Cioran.

Una de las funciones de la toxicomanía es brindarle al sujeto con “Estructura Neurótica” la posibilidad de silenciar la angustia y tapar la falta. Independientemente del abuso de una sustancia tóxica, cualquier cosa puede representar la “adicción”: comer, comprar, relaciones sexuales, uso de redes sociales, etcétera en forma exacerbada.
La caracterización de esta “adicción” como benéfica o perjudicial es completamente exterior al objeto mismo y sólo puede hacerse desde algún discurso o planteamiento determinado, no existe la posibilidad de una definición absoluta y además no se puede generalizar para todos los casos como algo bueno o malo.
Desde el psicoanálisis toda “adicción” es aquello que genera una ruptura con el «Goce Fálico». Un Goce que corta todo tipo de relación con el “afuera” y en el cual el placer sexual queda invalidado. El sujeto ya no necesita de un partenaire, de su familia, amigos... para sentir placer, incluso evita el vínculo, y se las arregla sólo, o sea con un Goce autístico. De este modo el sujeto queda atrapado en un círculo vicioso en el cual lo lleva al “consumo o práctica para sentirse bien”, todo lo demás queda por fuera y no importa.
Lo que el psicoanálisis propone es que el sujeto ocupe su lugar y que asuma la responsabilidad de sus elecciones.
Se trata de que el sujeto reconozca el grado de implicación que tiene “eso que le pasa”; que deje de verse y actuar como el «adicto incurable» que el mundo ha sancionado (y le ha hecho creer) que él es. Se busca romper con la lógica del consumo o práctica sostenida y propuesta por la sociedad actual e iniciar así el camino hacia la aparición del “sujeto deseante” y dar los primeros pasos hacia la “cura”. Asimismo el intento de procurar reabrir esos interrogantes fundamentales que se presentan como consecuencia de la «castración», de buscar un intersticio donde ese falso saber que el consumo o la práctica genera, vacile.
Realmente no tiene ningún caso presionar al sujeto para que abandone la adicción si no es por efecto de que él mismo se replantee su posición donde se encuentra atrapado. Se trata, en definitiva, de hallar algunas alternativas para que el sujeto se enfrente con lo real que lo determina y que lo imposibilita para hacerse un sujeto de la palabra. El único requisito del psicoanalista hacia el psicoanalizado es: que hable, que hable mucho y que hable por largo tiempo.

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