Social

"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

viernes, 4 de agosto de 2017

El consumo de la sustancia tóxica durante el psicoanálisis.

El consumo continuo la sustancia tóxica persistirá casi siempre en la «cura» hasta que algunos «objetos pulsionales» no hayan sido elaborados suficientemente. Por lo tanto habría que invertir la perspectiva: “No es la droga como objeto la que impide que se instaure una relación trasferencial ­salvo si el psicoanálista la percibe como ­si se tratara de una competencia­, sino que una operación del «farmakon» sigue siendo requerida casi siempre, porque subsiste el miedo de una captación destructiva en esta relación”.
No se trata en consecuencia de empecinarse en someter a una ­deshabituación física al toxicómano porque en tal caso habría confusión de registros simbólicos. Más bien se trata de trabajar sobre el puesto de la sustancia tóxica dentro de la relación con el psicoanálista. En las instituciones asistenciales no es raro que toxicómanos a quienes se declaró «curados» porque habían obedecido a un principio de abstinencia durante un período muy prolongado mueran de pronto en un «accidente inverosímil» o incluso lleguen al suicidio.
La prohibición dictada por un psicoterapeuta, sobre todo cuando se trata de sujetos psicóticos puede ser entendida como la existencia de un sacrificio que induce al paciente a «pasar al acto». Un sometimiento a las exigencias de un «encuadre» psicoterapéutico no revela entonces más que una forma de ­aspiración en una captación de tipo materno y no opera remisión alguna a una ley simbólica.


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