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"Si llega inadvertidamente a oídos de quienes no están capacitados ni destinados a recibirla, toda nuestra sabiduría ha de sonar a necedad y en ocasiones, a crimen, y así debe ser". Friedrich Wilhelm Nietzsche.

jueves, 14 de diciembre de 2017

La elección de pareja en los sujetos narcisistas.

“Poseo tres perros feroces, ingratitud, soberbia y envidia. Cuando estos tres perros muerden, la herida es muy profunda”. Martín Lutero.

En ambos géneros, las personalidades narcisistas suelen tener la fantasía inconsciente de ser hombre y mujer al mismo tiempo, renegando de este modo la necesidad de envidiar al otro género (Herbert Alexander Rosenfeld, y Béla Grunberger). Esta fantasía alienta la búsqueda de partenaires sexuales en diversas rutas, algunos de estos narcisistas, en el caso de varones buscan mujeres que inconscientemente representan una imágen-espejo de ellos mismos, es decir “gemelos heterosexuales”, con lo cual se completan inconscientemente con los genitales y las correspondientes implicaciones psicológicas del otro género, sin tener que aceptar la realidad de otra persona diferente y autónoma, es decir aceptar la alteridad. No obstante, en algunos casos, la envidia inconsciente a los genitales del otro género es tal, que la desvalorización de las características sexuales envidiadas genera una relación de gemelos asexual. Esto puede ser destructivo, porque lleva consigo una inhibición severa.
En ocasiones el deseo inconsciente de adquirir las características de ambos géneros conduce a una relación con un hombre o una mujer que son inconscientemente desvalorizados, salvo por su complementariedad sexual con el sujeto.
Otros sujetos con personalidad narcisista y físicamente atractivos, dependen mucho de la admiración de los otros, escogen un partenaire feo para sobreestimar su propia belleza. En otra perspectiva pueden elegir un “gemelo”, de modo que la aparición pública de la pareja hermosa se convierte en una fuente relativamente fiable de gratificación de las necesidades narcisistas.
La elección de una mujer a la que los otros hombres acechan incansablemente por su atractivo físico puede gratificar tanto los impulsos narcisistas como los homosexuales del sujeto.
El odio inconsciente a las mujeres (y el miedo a ellas, debido a la proyección de ese odio) constituye una fuente importante de la homosexualidad de raíz narcisista en los hombres. La elección de otro hombre como gemelo homosexual, una idealización defensiva del pene del otro como réplica del propio pene, y como reaseguramiento inconsciente de que ellos dejan de depender de la genitalidad de las mujeres, puede proteger con eficacia de la envidia hacia el otro género e incluso permite relaciones idealizadas, aunque desexualizadas, también con las mujeres.
Una fuente principal de conflictos de los sujetos con personalidad narcisista que están en una relación heterosexual u homosexual —conflictos que pueden aparecer poco a poco pero que a continuación dominan las interacciones y finalmente destruyen la relación— es la protección de la fantasía de los gemelos. El partenaire tiene que satisfacer el ideal del sujeto pero no ser mejor que él, porque ello desencadenaría la envidia; tampoco puede ser inferior, porque entonces provocaría la desvalorización y la destrucción de la relación. En consecuencia, ese partenaire, mediante el mecanismo de defensa del control omnipotente, es “obligado” a ser exactamente como el sujeto necesita que él o ella sea, lo cual restringe su libertad y autonomía, además de que implica que el sujeto es incapaz de apreciar lo que hay de único o diferente en el partenaire. No sorprende que los narcisistas que restringen la libertad de su partenaire sean los que más miedo tienen a ser restringidos o encerrados por el otro por la identificación proyectiva en acción.


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